miércoles, 8 de mayo de 2013

Cofre del dolor

   Mi madre y yo...
   seguimos ruta diferente.
   Mientras yo crecía
   buscando la conciencia,
   ella iba atesorando olvido
   en la quietud del sepulcro.
   ¡Qué caminos tan opuestos!
   Ella hundiéndose
   en lo negro de los tiempos,
   yo vagando
   en la ociosidad del amor,
   indiferente a la promesa
   de los nuevos soles.
   Él nació, se murmura, cuando ella murió;
   ¡No! -grita mi padre-
   ¡Ella murió cuando él nació!
   Yo no encuentro diferencia
   en semejante aberración...
   El mismo día
   que debió ser de alegría,
   llegó el dolor;
   el mismo día
   que debió ser de dolor,
   quedó prohibido el amor...
   para el hijo de nadie.
   Y crecí, crecí no sé por qué;
   culpable ante mi padre,
   indiferente a los afectos,
   olvidado del mundo...
   solo, solo, ¡solo!
   Como hijo de nadie
   vagando por ahí,
   a la deriva, sin dueño,
   mientras una madre silenciosa
   atesora olvido,
   y yo tristemente soy...
   cofre del dolor
   ocultando la propia pena.
   En este día de hermosos regalos...
   Madre... madre mía...
   ¿por qué te fuiste cuando más te necesitaba?

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